Ritondo y yo

Hoy he sentido el frío por primera vez en varios meses. No un frío de esos que te calan dentro y ya no remontas el resto del día, a no ser que te echen una manta encima y te pongan la calefacción delante, casi tocando los bigotes, pero aun así suficiente para estremecerme y recordar viejos fantasmas. Ha amanecido un día sereno , que suele decirse como eufemismo de eso, frío. Cuando la temperatura ambiente baja de 24 grados, mi cuerpo se activa y me pongo a dar paseos por casa, como el anciano senil e insomne que no soy. Hemos madrugado, me han puesto el desayuno buffet junto a mi pastillero diario, como al anciano senil e hipermedicado que no soy, y he echado la primera de mis siestas diarias. Me encanta dormir la mona. Antes era uno de mis tantos hobbies, ahora es mi favorito. Cuando me despierto de un sueño corto tengo la batería a tope y necesito quemar energía en la calle. Tengo mis trucos para conseguir mi cometido: me hago el encontradizo en lugares de paso en casa, varias veces,...